Estaba viajando con Kamala Harris cuando Irán atacó a Israel y las cosas se pusieron raras
Eric García nos cuenta detalles sobre la no tan divertida jornada de un periodista designado durante un día caótico
Parece que cada vez que tengo que cubrir los eventos de la vicepresidenta Kamala Harris, se desata un caos en Oriente Medio. Y hoy no fue la excepción.
En mayo, mientras viajaba en el avión presidencial junto con la vicepresidenta hacia Detroit, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu estaba planeando invadir la ciudad de Rafah, ubicada en la Franja de Gaza. Ese mismo día, Hamás comunicó que acordaría el cese de hostilidades con Israel, pero no se concretó. Finalmente, luego de esperar horas en una camioneta estacionada afuera de The Wright Museum en Detroit, Harris realizó un par de declaraciones.
Para quienes no están familiarizados con las labores del equipo de prensa de la Casa Blanca, hay un grupo de periodistas designados que se toman un día libre de sus tareas habituales para cubrir los viajes o eventos del presidente, del vicepresidente o de sus parejas, y luego comparte la información con el equipo de prensa.
Es un trabajo aburrido y emocionante a la vez, que, más que nada, consiste en sentarse a esperar a la persona cuyos eventos tienes que cubrir y luego transcribir lo que dice para después enviarlo por correo electrónico a los medios. Lo más importante es que estamos siendo colaborativos con nuestros colegas.
Ya sabía que el martes iba a ser un día ajetreado. Estamos en época de elecciones, y el debate entre los candidatos a vicepresidente, J. D. Vance y Tim Walz, sería por la noche y yo iría a Virginia para cubrir un evento en donde lo transmitirían. Anoche también cubrí el debate entre los senadores de Montana.
No obstante, cuando el lunes por la noche recibí un mensaje en el que me pedían cubrir la jornada de la vicepresidenta, dije que sí, pensando que sería divertido.
Casi inmediatamente, me arrepentí de mi decisión. Cuando llegué a la Casa Blanca, mi credencial no funcionaba porque, según me enteré, acababa de vencerse, lo que me obligó a ir a buscar un pase provisional y a correr bajo la lluvia torrencial hacia la camioneta.
Resulta que no teníamos que apresurarnos, la vicepresidenta no iba a ninguna parte. Irán había lanzado un aluvión de misiles contra Israel, lo que dejó un saldo de al menos seis muertos. Harris estaba en la sala de emergencias con el presidente Joe Biden.
Por supuesto, nosotros, (periodistas, fotógrafos y camarógrafos designados), no nos enteramos de nada. Estábamos sentados en la camioneta negra que suele ir detrás del auto negro en el que se traslada la vicepresidenta. Los fotógrafos sacaron sus cámaras para captar a la gente que entraba y salía del ala oeste, ya que estábamos estacionados frente a la Oficina Administrativa Federal, donde trabajan la mayoría de los empleados del gobierno.
En un momento, el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, entró, probablemente, para hablar de los destrozos causados por el huracán Helene en la costa atlántica. Mientras tanto, me informaban que Harris se dirigiría a Carolina del Norte y a Georgia para recorrer las zonas afectadas.
Por otro lado, el expresidente Donald Trump despotricaba en Truth Social sobre cómo el planeta estaba al borde de una tercera guerra mundial. Nosotros, mientras tanto, esperábamos.
Finalmente, la vicepresidenta salió del ala oeste y nos fuimos. Pronto llegamos al Josephine Butler Parks Center, un edificio histórico utilizado también para bodas, donde la vicepresidenta iba a realizar una entrevista. La Casa Blanca no reveló con quién.
En momentos así me siento casi inútil, ya que no tengo información interesante para compartir con mis colegas, a pesar de ser un día caótico para la vicepresidenta.
Por último, Harris decidió hacer una breve declaración.
“Repudio completamente este ataque. Lo tengo claro, Irán es una influencia desestabilizadora y peligrosa en Oriente Medio, y hoy quedó demostrado”, dijo, y confirmó que estuvo en la Sala de Emergencias con Biden y que apoyaba su decisión de derribar los misiles iraníes.
También agregó: “Como ya he dicho, siempre procuraré que Israel pueda defenderse de Irán y de los grupos terroristas a los que respaldan”. Y aseguró: “Mi compromiso con la seguridad de Israel es inquebrantable”.
Mientras tanto, no pude evitar acordarme de cómo durante su discurso en la Convención Nacional Demócrata, justo después de que fuera confirmada como candidata, Harris dijo que “[haría] todo lo posible para que Estados Unidos siempre [tuviera] el ejército más fuerte y letal del mundo”. Ese comentario, sumado a la falta de distinción con la postura de Biden sobre Israel, generó críticas por parte de los republicanos más progresistas.
El debate entre Walz y Vance se consideraba el acontecimiento principal de hoy, pero tras los atentados de Irán es probable que quede en segundo plano.
Casi tres horas después de que Harris hablara, durante las cuales estuve sentado en la camioneta esperando, recibimos la noticia de que nuestro trabajo había terminado. La vicepresidenta se marchaba en el avión presidencial, y yo volvía a la lluvia, listo para ver quién vendría después de ella.
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Traducción de María Luz Avila