Senador demócrata se reunió con Kilmar Ábrego García en El Salvador

El senador Chris Van Hollen se reunió finalmente con Kilmar Ábrego García, el padre salvadoreño que el gobierno de Donald Trump deportó por error y mantiene en una cárcel brutal en El Salvador.

El senador de Maryland viajó al país esta semana para asegurar la integridad de Abrego García y apoyar su liberación.

Después de que inicialmente le negaron la posibilidad de reunirse o hablar con el padre salvadoreño, el senador publicó una foto en redes sociales la noche del jueves, donde se lo vio sentado con Ábrego García en una mesa que parecía estar en un comedor.

“Dije que mi principal objetivo de este viaje era reunirme con Kilmar. Esta noche tuve esa oportunidad”, escribió el senador. “Llamé a su esposa, Jennifer, para transmitirle su mensaje de amor. Espero poder dar una actualización completa a mi regreso”.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, pareció burlarse de la reunión y afirmó que Ábrego García permanecería en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), un penal que grupos de derechos humanos calificaron como un “gulag tropical” y campo de concentración.

“¡Kilmar Ábrego García, milagrosamente resucitado de los ‘campos de la muerte’ y la ‘tortura’, ahora tomando margaritas con el senador Van Hollen en el paraíso tropical de El Salvador!”, escribió Bukele. “Ahora que se confirmó que está sano, tiene el honor de seguir bajo custodia del Estado salvadoreño”.

Ábrego García ya lleva más de un mes en prisión, a pesar de una orden judicial que prohibía su expulsión de Estados Unidos por razones humanitarias. Huyó de El Salvador cuando era adolescente y actualmente es aprendiz de chapista en Maryland, donde vive con su esposa y su hijo de 5 años, ambos ciudadanos estadounidenses. La pareja también cría a otros dos hijos de una relación anterior.

Funcionarios y abogados del gobierno admitieron en varias ocasiones que su expulsión fue producto de un “error administrativo”. Sin embargo, el Estado se negó a solicitar su regreso y, en su lugar, funcionarios insisten en los tribunales para que Ábrego García permanezca encarcelado como presunto miembro de la MS-13, una organización designada como terrorista extranjera. Sostienen que esa acusación invalida cualquier orden judicial que impidiera su expulsión.

La semana pasada, la Corte Suprema ordenó a las autoridades estadounidenses que “facilitaran” la “liberación [de Ábrego García] de la custodia en El Salvador”. Los magistrados coincidieron, al parecer, en que su detención era “ilegal”.

El jueves, un panel de tres jueces de la Corte Federal de Apelaciones en Washington, D. C., rechazó la solicitud de emergencia del gobierno de Trump para bloquear una orden judicial que exigía cumplir con el fallo de la Corte Suprema.

En una contundente resolución redactada por el juez de apelaciones J. Harvie Wilkinson, nombrado por Ronald Reagan, se señaló que “el gobierno se arroga el derecho de esconder a residentes de este país en prisiones extranjeras, sin la mínima apariencia del debido proceso que sustenta nuestro orden constitucional”.

Aunque el fallo del Tribunal Supremo reconoce la autoridad presidencial en materia de política exterior, no otorga libertad para la inacción, advirtió Wilkinson.

“‘Facilitar’ es un verbo que implica acción”, agregó. “Impone una obligación concreta, tal como lo expresó con claridad la Corte Suprema”.