Trump asegura que líderes extranjeros “le suplican” y vuelve a citar a Hannibal Lecter durante cena del Comité Republicano del Congreso (NRCC)
“Por favor, señor, hagamos un trato. Haré lo que sea, señor”, se burló Trump horas antes de que entraran en vigor sus fuertes aranceles recíprocos
Donald Trump ha asegurado que los líderes mundiales, atemorizados por sus gigantescos aranceles globales, están “besándole el c**o” en un intento desesperado por reducir los gravámenes.
Durante un discurso de 90 minutos en la cena anual de recaudación de fondos del Comité Nacional Republicano del Congreso, celebrada el martes por la noche en Washington D. C., el presidente Donald Trump lanzó una de sus típicas frases provocadoras al dirigirse a los donantes políticos:
“Estos países nos están llamando, me están besando el c**o”, dijo en referencia a las negociaciones comerciales previas a la entrada en vigor de sus nuevos aranceles recíprocos, aplicados a decenas de naciones desde la medianoche del miércoles. Entre ellos destaca un arancel del 104 % sobre las importaciones chinas.
“Es cierto”, remató. “Están desesperados por llegar a un acuerdo”.
Luego, el presidente se burló de los países que, según él, estarían desesperados por firmar un acuerdo comercial. Imitándolos con una voz quejumbrosa, dijo: “Por favor, señor, hagamos un trato. Haré lo que sea. Haré lo que sea, señor”.
Aunque Trump no dio nombres, países como China y Canadá ya tomaron represalias e impusieron contraaranceles sobre productos de Estados Unidos.

Los mercados internacionales continuaron este martes con la racha de ventas que se desató tras el anuncio de Trump sobre nuevos aranceles contra casi todos los países, con la única excepción de Rusia, durante lo que él mismo denominó el “Día de la Liberación” la semana pasada.
A pesar de las consecuencias económicas, Trump se jactó afirmando que había tenido “los 100 días más exitosos en la historia de este país”.
Según el presidente, el panorama actual está “preparado para una victoria monumental de los republicanos en las elecciones de mitad de mandato” y atribuye ese resultado a sus políticas. Sin embargo, la mayoría de economistas y expertos del sector empresarial advierte que estas medidas podrían disparar la inflación y poner en riesgo el estatus de Estados Unidos como la principal economía del mundo. Muchos consideran que se trata de una grave herida autoinfligida.
Trump asegura que tiene la razón y que los demás se equivocan respecto a los efectos de los aranceles.
“Sé exactamente lo que estoy haciendo”, dijo al público. “Y ustedes también lo saben”.
Trump también criticó a los republicanos que se oponen a su postura y que buscan darle al Congreso la capacidad de frenar sus aranceles. Al menos una docena de legisladores de la Cámara Baja considera apoyar el proyecto del representante de Nebraska, Don Bacon, que limita los aranceles presidenciales a 60 días, salvo que el Congreso los apruebe por resolución.

“Veo a algunos republicanos rebeldes, tipos que quieren llamar la atención, decir: ‘Creo que el Congreso debería encargarse de las negociaciones’. Pero déjenme decirles algo: ustedes no negocian como yo”, dijo Trump ante los asistentes.
“Hoy mismo vi a un par de sus congresistas”, continuó Trump, mientras señalaba al público. “Decían: ‘Creo que deberíamos participar en la negociación de los aranceles’. Y pensé: justo lo que necesito, alguien que venga a decirme cómo negociar”.
El presidente sostuvo que “los chinos serían el pueblo más feliz del mundo”, ya que, en su opinión, el Congreso facilitaría la eliminación de los aranceles a las importaciones chinas.
También advirtió que impondrá aranceles a los productos farmacéuticos importados, con la intención de presionar a las empresas para que trasladen su producción a Estados Unidos.
Por otra parte, Trump sacó a relucir de nuevo uno de sus comentarios más extraños de campaña: mencionó a Hannibal Lecter, el asesino ficticio de El silencio de los inocentes, para luego vincularlo con la crisis migratoria.
“Se escandalizaban cuando mencionaba al fallecido y gran Hannibal Lecter, ¿verdad?”, expresó. “¿Por qué habla de eso? Es un personaje ficticio”. Y remató: “No lo es. Hay muchos como él cruzando la frontera. No es tan ficticio como creen”.

Siguió con su argumento: “Fue en las urnas donde se entendió por qué mencioné eso: votaron por nosotros. Dijeron claramente: ‘No queremos a Hannibal Lecter en este país’”.
Según informó Politico este martes, el gobierno estadounidense ha ignorado las llamadas de varios líderes extranjeros que buscan concertar reuniones. Además, los funcionarios de Trump aún no definen con claridad las concesiones que esperan conseguir.
Un diplomático extranjero, que pidió mantener el anonimato, afirmó que ninguno de los altos funcionarios de Trump “tiene autorización clara para negociar”.
Por otro lado, un funcionario de Filipinas cuestionó la disposición del gobierno estadounidense a dialogar con otros países: “No está claro si este gobierno tiene intención de reunirse con sus pares. Hemos enviado múltiples solicitudes”, dijo. “Todos seguimos esperando una respuesta”, concluyó, en representación de varias naciones del sudeste asiático.
Aún no está claro cuál es la posición definitiva del gobierno de Trump respecto a los aranceles, cuyo costo recaerá en gran medida sobre los consumidores estadounidenses, que deberán pagar precios más altos por productos importados.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró este martes a CBS News que los aranceles son “negociables, pero no una táctica de negociación”. El lunes, Trump agregó que la estrategia contempla tanto aranceles permanentes como eventuales negociaciones.
Traducción de Leticia Zampedri