Trump inventa insulto degradante sobre EE. UU.: “Somos como un cubo de basura para el mundo”
Los comentarios del expresidente y candidato Republicano se suman a la controversia por supuestamente haber alabado a Hitler
Durante un acto de campaña en Tempe, Arizona, (EE. UU.), Donald Trump volvió a profesar tropos nativistas al hablar de los inmigrantes en el país; se trata del último comentario de una larga retahíla retórica sobre inmigrantes y adversarios políticos que ha sido comparada con la de los dictadores fascistas.
El expresidente hizo las observaciones mientras afirmaba ante la multitud en Tempe que Kamala Harris había desmantelado deliberadamente la frontera del país y que había abierto las puertas del país “de par en par”.
“Somos un vertedero. Somos como un cubo de basura para el mundo. Eso es lo que ha pasado […] Cada vez que hablo de lo que le han hecho a nuestro país, me enfado más. Es la primera vez que uso la expresión ‘cubo de basura’, pero es una descripción muy acertada”, manifestó Trump.
Degradar a Estados Unidos o afirmar que el país ha pasado su mejor momento ha sido durante mucho tiempo parte del discurso de Trump; su mismo eslogan es “Make America Great Again” (Hagamos a Estados Unidos grande otra vez). Esta retórica ha continuado durante la campaña en curso: el republicano se ha referido a EE. UU. como una “nación en decadencia” y un “agujero infernal del tercer mundo” dirigido por “pervertidos” y “matones”.
Sin embargo, el expresidente ha mostrado una saña particular contra los inmigrantes.
A lo largo de la contienda para las elecciones presidenciales de 2024, ha descrito la inmigración a EE. UU. como “una invasión” que provoca “saqueos, violaciones y matanzas en [los] suburbios y ciudades estadounidenses”. No existe ninguna prueba documentada de la conexión entre el aumento de la migración y la delincuencia, y de que, según distintos estudios, los inmigrantes son en realidad menos propensos que los nacidos en EE. UU. a infringir la ley.
Trump también ha afirmado que los inmigrantes traen enfermedades y “destruyen la sangre [del] país” y prometió deportar a millones de personas en una expulsión masiva que sugirió será un “evento sangriento”. Asimismo, ha vinculado falsamente a los inmigrantes con la entrada de fentanilo en EE. UU., a pesar de que la mayoría de los detenidos y procesados por el tráfico de esta droga a través de la frontera son ciudadanos estadounidenses.
Tanto él como su compañero de candidatura, el senador J. D. Vance, ayudaron a difundir una teoría conspirativa infundada según la cual los inmigrantes haitianos de Ohio se estaban comiendo a las mascotas de los residentes: una postura que fue elogiada por los neonazis pero desmentida por las autoridades locales, que afirmaron que no había pruebas que respaldaran dichas afirmaciones.
El discurso político más amplio de Trump —que a menudo combina insultos deshumanizadores hacia sus enemigos, amenazas de usar la fuerza militar contra los críticos y ataques a los inmigrantes no blancos— coincide con la definición de fascismo, según afirmó recientemente su exjefe de gabinete John Kelly, en medio de una polémica según la cual Trump supuestamente elogió a Hitler y a sus generales mientras estaba en la Casa Blanca. El expresidente negó haber elogiado a Hitler y afirmó que Kelly mentía.
Por otro lado, la campaña de Harris ha promocionado el apoyo de la vicepresidenta a un proyecto de ley bipartidista sobre la frontera que coincidía con muchas de las prioridades republicanas en materia de inmigración, incluido el envío de agentes a la frontera y la restricción del acceso al derecho legalmente protegido de solicitar asilo.
Según una encuesta reciente realizada por The Independent, la mayoría de los votantes hispanos creen que existe una crisis fronteriza, y la campaña de Harris tiene una ventaja sustancial con este electorado.
Traducción de Sara Pignatiello