Tu computadora tiene más almacenamiento que el telescopio James Webb
Si tuviese un disco duro inmenso, sería mucho más complicado mantenerlo a salvo de las inclemencias del espacio. Y si realmente hiciese falta, seguro que la NASA se habría esforzado en conseguirlo. Pero es que no es necesario
El telescopio espacial James Webb es el mayor, más potente y más complejo telescopio de ciencia espacial jamás construido.
Webb resolverá los misterios de nuestro sistema solar, mirará más allá, hacia mundos lejanos alrededor de otras estrellas, e investigará las misteriosas estructuras y orígenes de nuestro universo y nuestro lugar en él. Desde que la NASA publicó hace solo unos días las primeras imágenes del James Webb, no podemos evitar hacernos todo tipo de preguntas sobre este telescopio espacial.
Una de ellas es interesante: ¿cómo puede almacenar esas fotografías con tanta resolución? ¡Debe tener un disco duro inmenso!
NASA dio a conocer que el sucesor del Hubble, de 10.000 millones de dólares, capta el universo en un disco duro de tan solo 68 GB, justo la mitad de la capacidad de almacenamiento estándar del último iPhone.
Entonces vuelven los cuestionamientos a escucharse: ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo hace entonces el James Webb para tomar fotos tan increíbles y almacenarlas en una unidad SSD tan pequeña?
Aunque esto pueda parecer ridículamente pequeño para el satélite más avanzado en el espacio, hay múltiples razones por las que la NASA eligió este sistema.
El James Webb cuenta con un SSD “enano” y tras captar las imágenes con sus sensores e instrumentos, las almacena en la unidad llamada Solid State Recorder. Para muchos esa cifra parece algo ridícula, ya que cualquier dispositivo en estos tiempos cuenta con una capacidad mayor a los 256 GB, pero hay diferencias muy importantes con las unidades SSD de esos equipos, porque deben de pasar pruebas de eficiencia, velocidad y redundancia importantes.
Este Telescopio Espacial está diseñado para enviar datos a la Tierra dos veces al día, durante cuatro horas cada vez. En cada uno de esos envíos libera 28,6 GB de datos, esto hace que cada día se desprendan unos 57 GB de información. Si tuviese un disco duro inmenso, sería mucho más complicado mantenerlo a salvo de las inclemencias del espacio. Y si realmente hiciese falta, seguro que la NASA se habría esforzado en conseguirlo. Pero es que no es necesario.
Recordemos que este magnífico y potente telescopio, no fotografía por fotografiar. Son imágenes espectaculares que ya están haciendo las delicias de todos los amantes del espacio, pero no debemos olvidar sus objetivos científicos. Se han realizado con tanta precisión y profundidad que con ellas se pueden responder preguntas que no respondió el Hubble.
“Enviar a Webb al espacio fue, por supuesto, un evento emocionante, pero para los científicos e ingenieros ópticos, este es un momento culminante, en el que la luz de una estrella se abre camino a través del sistema hasta un detector”, dijo Michael McElwain, científico de programa de Webb en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
De ahora en adelante, las imágenes de Webb serán más claras, más detalladas y complejas a medida que los otros tres instrumentos lleguen a la temperatura criogénica determinada para su operación y comiencen a recoger datos. Se espera que las primeras imágenes científicas se publiquen este verano boreal. Aunque este es un gran momento que confirma que el telescopio Webb es un telescopio funcional, aún hay mucho que hacer durante los próximos meses para preparar el observatorio para llevar a cabo operaciones científicas completas usando sus cuatro instrumentos.
El JWST se diferencia de los seres humanos en que no da ningún valor a almacenar recuerdos. Cada día de trabajo se desprende de todas esas escenas maravillosas que ha visto y vuelve a poner la vista en el presente. En su interior ya no quedan restos de las fotos maravillosas que ya han logrado llamar la atención de la comunidad científica mundial. Su memoria solo tiene espacio para todo lo bueno que está por venir. Lo demás se encuentra en manos de los científicos que, como buenos seres humanos, procesan los recuerdos mucho mejor que las máquinas.
Con información de NASA