Después de más de 500 días sin pagar, huésped de Airbnb se niega a irse y exige $100.000 para desalojar
El anfitrión alega que se suponía que la estadía de la mujer terminaría en abril de 2022, pero no quiso mudarse
Una mujer que se negó a finalizar la estadía en un Airbnb del área de Los Ángeles exige ahora que se le paguen US$100.000 para desalojar, según una oferta de acuerdo que revisó Los Angeles Times.
El anfitrión, Sascha Jovanovic, sostiene que la estadía de la mujer estaba programada para terminar en abril de 2022, pero se negó a mudarse. Elizabeth Hirschhorn, apodada la “inquilina del infierno”, vive sin pagar alquiler desde entonces.
Jovanovic, propietario de la finca donde se encuentra el alojamiento en las colinas de Brentwood, declaró al Times que no puede entrar a su casa y saber con certeza que está “a salvo si una persona potencialmente hostil está viviendo allí”.
“Todo el tiempo pienso en eso”, añadió.
Hirschhorn se negó a hablar con el medio para contradecir la versión de los hechos; sin embargo, su abogado, Colin Walshok, argumentó que no estaba obligada a pagar el alquiler.
“El propietario infringió la ley y trató de ganar dinero alquilando una unidad ilegal”, aclaró al Times. “Después de que lo descubrieran, en lugar de hacer lo correcto, recurrió a la intimidación, el acoso y la presentación de demandas frívolas que contenían elaboradas historias falsas, en un intento de cubrir sus huellas”.
Después de decidir alquilar su pequeña casa de huéspedes, Jovanovic aprobó una estadía prolongada para Hirschhorn en septiembre de 2021.
El espacio se alquiló por seis meses a US$105 la noche, lo que con las tarifas adicionales acumuló el total de US$20.793 por 187 noches.
El dúo se llevó bien al principio, compartían té y charlaban un poco, pero hubo algunas señales de advertencia que Jovanovic dijo que debió haber escuchado.
Otro anfitrión de Airbnb había publicado una reseña en el perfil de Hirschhorn que decía que ella tenía “muchas necesidades particulares que finalmente no pude satisfacer”.
Y luego, Jovanovic entró en la casa de huéspedes para revisar unas persianas eléctricas que habían dejado de funcionar y notó que había daños por agua y signos de moho alrededor del fregadero, problemas que, según afirma, no existían antes de la llegada de Hirschhorn.
Como quería reparar el fregadero y detener la propagación de moho, el propietario asegura que se ofreció a pagarle a su huésped para que se quedara en un hotel durante unos días y también le ofreció US$1.000 para un hotel de su elección, según mensajes y correos electrónicos de Airbnb que intercambiaron.
Sin embargo, Hirschhorn se negó y dijo: “No me siento segura si me obligan a desalojar con una limitación de vivienda y los altos riesgos de complicaciones de covid-19”. Luego citó la Resolución de Protecciones para los Inquilinos de Covid-19 del condado de Los Ángeles y mostró una nota médica de 2011 que señalaba sensibilidades químicas.
Además, los correos electrónicos mostraban que él también le había ofrecido quedarse en su casa, lo cual ella rechazó.
Hirschhorn ahora está contrademandando a Jovanovic y afirma que la invitó “de manera inapropiada” a mudarse a su casa con él.
La estadía de Hirschhorn en Airbnb estaba programada para finalizar el 19 de marzo; sin embargo, Jovanovic le ofreció un mes de prórroga para encontrar otro lugar donde vivir, algo que le resultó contraproducente porque Airbnb quedó entonces libre de involucrarse en la disputa.
“Airbnb desapareció en el momento en que todo se fue por el caño”, expresó Sebastian Rucci, abogado que representa a Jovanovic, según el Times.
Luego llegó el nuevo plazo y Hirschhorn no se salió. En un correo electrónico, dijo: “No puedo irme el 12 de abril porque no existe un plan de reubicación y financiación, sería inseguro. Si quieres resolver algo, estoy dispuesta a hacerlo”.
Desde entonces, no ha pagado alquiler y sigue allí, más de 540 días después de haber afirmado en un correo electrónico de mayo de 2022 que “Sus acciones y supuestas reparaciones se hacen a sabiendas de mi limitación con respecto a la vivienda, creo que se hizo para intimidarme y asustarme”.
Jovanovic intentó entregar varios avisos de desalojo, pero un investigador del Departamento de Vivienda, Pedro González, mencionó que Jovanovic tuvo que retirar sus avisos de desalojo porque el inmueble no cumplía las normas de seguridad de la ciudad.
Pero Hirschhorn se negó a permitir que el anfitrión entrara a la propiedad para que pudiera actualizarse y cumplir los códigos de construcción de la ciudad.
Jovanovic se muestra incrédulo y le dice al Times: “¿Cómo puedes quedarte en la casa de alguien durante un año y medio y no tener ningún sentimiento de vergüenza o responsabilidad?”.
The Independent se puso en contacto con Airbnb en busca de comentarios.
Traducción de Michelle Padilla