Argentina, de faro a luz tenue en derechos para personas transgénero bajo gobierno de Milei
Gabriela Mansilla toma el pequeño álbum de fotografías de tapa roja y se sumerge nostálgica en las imágenes que dan cuenta de la transformación de su hijo Manuel en Luana durante más de una década.
Del pelo corto ondulado y las ropas masculinas, pasó a una cabellera larga y vestidos de colores a partir de los cinco años. “Míramela de sirena”, comentó orgullosa al dar con la fotografía de su hija disfrazada del personaje de Disney.
En 2013, con ocho años, Luana se convirtió en la persona más joven de Argentina en modificar su identidad y género en el documento. Un año antes, el Estado argentino había reconocido, a través de una ley, el derecho a la identidad y el acceso a la salud integral de la comunidad transgénero y travesti, históricamente postergada.
Aquella norma que puso al país sudamericano a la vanguardia en la ampliación de derechos para las minorías sexuales se ha convertido en el nuevo campo de batalla de la cruzada que el presidente ultraderechista Javier Milei libra contra el feminismo y la comunidad LGBTI+, envalentonado por el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos y sus primeras medidas contra los programas de diversidad.
A través de un decreto, el mandatario argentino restringió a mayores de 18 años los alcances de la Ley de Identidad de Género. Esto significa que los menores de edad ya no podrán, como hizo Luana —hoy de 17 años—, rectificar sus documentos ni acceder a la atención médica de afirmación de género.
Los 2.000 niños y adolescentes que modificaron nombres y género del documento de identidad desde la sanción de la ley en 2012 no se verán afectados por la resolución. Sin embargo, los que no hayan cumplido los 18 años no podrán continuar con los tratamientos específicos en hospitales públicos y privados.
“Es un plan de exterminio”, afirmó Mansilla, referente de la asociación civil Infancias Libres, en una reciente entrevista con AP en su hogar en un suburbio al oeste de Buenos Aires. “Que se modifique esta ley modifica la vida de un montón de personas y las pone en peligro de nuevo. 40% es el índice de suicidios en adolescentes (trans), 35 años de expectativa de vida que no se mueven, el 1% de la comunidad llega a la vejez”.
“No hay nada de inocente en esto, todo esto está planificado. Estas minorías molestan, hay que sacarlas de un plumazo”.
Según el Censo de población de 2022, casi 200.000 personas dentro de una población de 46 millones no se identificaron con el sexo registrado al nacer. De esa cifra, 72.510 personas declararon ser “varón transgénero”, 60.679 “mujer transgénero/travesti”, 37.330 “no binarios”, y 26.437 respondió “otra/ninguna de las anteriores opciones”.
En medio de la tempestad que generó la presentación de Milei en el Foro Económico de Davos, cuando afirmó que la ideología de género llevada al extremo “constituye lisa y llanamente abuso infantil” y dio como ejemplo el caso de una pareja de homosexuales americanos condenados a 100 años de prisión por abusar de sus hijos adoptivos, el gobierno pasó del discurso a la acción al prohibir tratamientos hormonales y cirugías de adaptación del cuerpo en menores de 18 años.
“Estas intervenciones a las que se expone a los niños son un grave riesgo a su salud, tanto física como mental, ya que implica una interrupción en su proceso de maduración”, afirmó el portavoz presidencial Manuel Adorni al anunciar la medida. “Además, en muchos casos los efectos de estos tratamientos y cirugías son irreversibles”.
El Ejecutivo también prohibió a los menores de edad la rectificación registral del sexo y el cambio de nombre de pila e imagen.
“La decisión representa un retroceso alarmante en materia de derechos humanos y un ataque directo a los principios de igualdad y no discriminación consagrados en la Constitución Nacional, los tratados internacionales de derechos humanos y la propia Ley de Identidad de Género, reconocida a nivel mundial como un modelo de avanzada”, advirtió la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex para América Latina y el Caribe (ILGALAC).
Médicos, representantes de la comunidad travestis-transgénero y familias de niños transgénero consultados por AP dijeron que en Argentina no se practican intervenciones quirúrgicas u hormonales sobre las infancias y advierten que bajo la falacia oficial de la “mutilación de órganos saludables” se prohíbe el acceso de los adolescentes a tratamientos específicos, exponiéndolos a mayores niveles de vulnerabilidad y al riesgo de prácticas médicas clandestinas y no reguladas.
Cuando la ley fue reglamentada, el Ministerio de Salud determinó entonces que los tratamientos hormonales y cirugías parciales de masculinización de tórax solo podían realizarse a partir de los 16 años y las cirugías de afirmación o reconstrucción genital a partir de los 18 años.
“Es importante que el cuerpo represente tu identidad. Y cuando no te sentís representado por tu cuerpo, hay recursos médicos para que esta persona viva mejor”, explicó a AP el doctor Adrián Helien, jefe del departamento de salud transgénero del hospital público Durand.
El especialista detalló que a temprana edad se brinda un acompañamiento clínico y psicológico a pacientes y sus familias y que a partir de los 16 años, cuando la legislación les permite a los menores votar o conducir, pueden acceder a tratamientos de freno de desarrollo pubertal, que son “reversibles”.
“Teníamos alrededor de 120 adolescentes entre 16 y 18 años que ahora se van a quedar sin atención”, reveló el especialista. “Si prohibís recetar, se va a crear un mercado en negro o automedicación, poniendo en riesgo la salud de las personas. Se las saca del sistema de salud”.
Lissandro Cottone, un varón transgénero de 27 años, afirmó que acogerse a la norma ahora cuestionada lo ayudó en su adolescencia a sobreponerse a severos trastornos mentales por reprimir su identidad masculina autopercibida.
“Esa represión a la que me tuve que esforzar tanto tiempo me terminó llevando a momentos de salud mental muy frágiles. Atenté contra mi propia integridad física. Esto le ha pasado a tantas personas trans”, detalló.
La norma fue una reparación para una comunidad históricamente excluida del mercado laboral y del sistema de salud y expuesta a una violencia que ubica a las mujeres transgénero a la cabeza de las víctimas por crímenes de odio en Argentina. La expectativa de vida de la población transgénero promedia de 35 a 40 años, según el mismo estudio oficial.
Cottone, también activista de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) advirtió que el decreto de Milei “perjudica a los adolescentes de 13 a 18 años que están empezando un desarrollo hormonal y se los va a cortar de repente. Esta medida va a generar un daño a la salud. El desarrollo hormonal no pude cortarse de un día al otro”.
Las reformas sobre la ley de identidad de género es la última acción de un cambio de paradigma en materia de derechos de las mujeres y de la comunidad LGBT de Argentina que impulsa Milei por otro en sintonía con las posturas conservadoras de líderes de la ultraderecha global.
Desde su llegada a la presidencia a fines de 2023, Milei degradó el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad al rango de subsecretaría, prohibió el uso del lenguaje inclusivo en la administración pública, cerró el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), eliminó la resolución que exigía paridad de género en empresas y asociaciones civiles y canceló programas de capacitación con perspectiva de género.
“Hay un momento complejo del mundo que tiene que ver con gobiernos de extrema derecha que han encontrado en la lucha ‘antiwoke’ o ‘antiprogre’, básicamente simbolizada en la lucha contra feminismo y el colectivo LGBT, que hemos sido los que más avanzamos en igualdad de derechos estos años”, afirmó el diputado socialista Esteban Paulón. “Pretenden que volvamos al armario, que volvamos a vivir nuestra vida entre cuatro paredes, que volvamos a sentir vergüenza de ser quienes somos”.
Milei ha negado que sea homofóbico y dijo que en su condición de liberal respeta las elecciones sexuales de cada persona mientras se mantengan en el ámbito privado. En cambio, criticó la “discriminación positiva” a favor de los grupos históricamente relegados, como el caso del cupo femenino para cargos electivos o el cupo laboral trans en el Estado.
El mandatario se propone barrer con estas normas e incluso reformar el Código Penal para eliminar la figura del feminicidio. No aclaró cómo lo instrumentará.
Mientras la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) solicitó a la justicia que declare la inconstitucionalidad del decreto dictado contra la ley de identidad de género y organizaciones feministas planean una multitudinaria manifestación contra Milei para el Día de la Mujer el 8 de marzo, Mansilla prometió que las familias de niños y adolescentes transgénero “no vamos a bajar los brazos”.
“Le guste o no al presidente Milei, las niñeces y adolescencias travestis y trans existen y no las va a poder eliminar. Va a poder modificar leyes, nos van a quitar derechos, nos va a costar el triple, pero no van a dejar de existir”.
_____
El videoperiodista Víctor Caivano contribuyó con este reporte.