Fiebre de Premios Oscar por brasileña Fernanda Torres la convierte en musa del Carnaval de este año
La musa del Carnaval de Brasil de este año no es una de las divas o reinas de los tambores que desfilan con las escuelas de samba de Río de Janeiro. Es Fernanda Torres, quien compite por el Premio Oscar en la categoría de Mejor Actriz el domingo.
Los Premios Oscar se entregan en pleno Carnaval, la celebración más grande de Brasil, que se extiende hasta el martes. Durante los cinco días de festividades, el resto del mundo suele pasar a un segundo plano mientras los brasileños se desatan y se entregan a disfrutar.
No este año. Y el enfoque entusiasta puesto en los Oscar habla del orgullo de Brasil por su cultura y su deseo de ser reconocido en el escenario mundial.
“Sólo imagina que ella gane el Oscar el domingo de Carnaval. Sería una celebración doble”, dijo Clarissa Salles, de 33 años, a The Associated Press, mientras compraba una réplica de la estatuilla del Oscar en Sao Paulo para su vestuario.
Torres está nominada por su actuación como la protagonista de “I’m Still Here” (“Ainda Estou Aqui ”, título original), la película dirigida por Walter Salles, la cual también está nominada en las categorías de Mejor Película y Mejor Película Internacional. El entusiasmo por los premios ha llevado a TV Globo —la cadena más grande de Brasil— a reanudar la cobertura en vivo de la ceremonia después de una pausa de cinco años. Renunciará a la transmisión nacional de los desfiles de Carnaval, de alta audiencia, y en su lugar transmitirá los Oscar en todas partes excepto en Río.
Los bares y clubes nocturnos en todo Brasil han organizado fiestas para ver la premiación, e incluso se mostrarán los resultados en una pantalla gigante a las decenas de miles de espectadores reunidos en el Sambódromo de Río para los desfiles.
En lugares tan lejanos como el Amazonas, una comunidad indígena en la aldea Inhaa-be promovió una proyección de la película el viernes. Con cantos y bailes descalzos, el grupo formado principalmente por mujeres realizó su ritual de guerra seguido de su ritual de victoria.
“Bailamos alrededor de la gente, posicionando nuestros pensamientos y emociones de manera que esta energía pueda llegar a donde necesita ir, que es a Fernanda Torres”, dijo la chamana A-yá Kukamíria.
En cierto momento, avivó el humo sobre un cartel que mostraba la estatuilla dorada y las palabras: “¡El Oscar es nuestro!”.
“Un movimiento”
Máscaras con el rostro de Torres, además de camisetas y gorras con su reacción a su nominación al Globo de Oro —“¡La vida vale la pena!”— están por todas partes. La frase apareció en una pancarta en Cordao do Boitata, una de las verbenas más tradicionales de Río.
Incluso ha inspirado fiestas callejeras enteras de Carnaval que le rinden homenaje. El domingo pasado, los verbeneros en Río llevaban una pancarta que decía “Imitadores de Fernanda Torres”, e iban disfrazados como algunos de sus personajes de televisión más queridos.
“Eso es lo máximo de la fama en Brasil: convertirte en un disfraz de Carnaval”, dijo Torres el 10 de febrero en el Festival de Cine de Santa Bárbara. “Me veo mucho en las calles. Estoy orgullosa”.
Y las estatuillas de Oscar de plástico vuelan de los estantes de las tiendas.
La locura por Torres es “un sentimiento, un movimiento”, y una victoria en los Oscar sería como si la selección nacional de fútbol levantara un trofeo de la Copa Mundial, dijo la escritora feminista Milly Lacombe, quien escribe sobre deportes y cultura.
“Fracturados por las divisiones políticas, los brasileños estaban sedientos de algo que pudiera unirlos”, agregó Lacombe. “No sabíamos de dónde llegaría. Y provino de un lugar muy inesperado: la industria cinematográfica brasileña”.
De papeles en TV a la gloria de los Oscar
Desde su estreno en el país en noviembre, “I’m Still Here” ha atraído a más de 5 millones de brasileños a los cines. La semana pasada, la película seguía en la cumbre de la taquilla brasileña, superada sólo por la más reciente “Captain America” de Marvel.
El filme ha ganado aplausos y premios en el extranjero, mientras que, en casa, provocó una reflexión muy necesaria sobre el trauma y el legado de la dictadura militar que gobernó Brasil durante más de dos décadas.
Torres interpreta a Eunice Paiva, la matriarca de una familia de clase alta de Río destrozada por la dictadura. En 1971, su esposo, Rubens Paiva, un excongresista de izquierda, fue detenido por los militares y nunca más se lo volvió a ver. Basada en un libro de su hijo, Marcelo Rubens Paiva, la historia sigue la lucha de Eunice por la justicia a lo largo de toda su vida, en busca de que el gobierno admita que su esposo murió.
Torres, de 59 años, ganó reconocimiento nacional por primera vez cuando era una adolescente que actuaba en telenovelas. A los 19, se convirtió en la primera brasileña en ganar el premio a Mejor Actriz en Cannes por “Eu Sei que Vou Te Amar” (titulada en inglés “Love Me Forever or Never”). Su éxito continuó en el teatro y el cine mientras consolidaba su fama en comedias como “Os Normais” (Gente normal) y “Tapas e Beijos” (Bofetadas y besos).
Su actuación dramática en “I’m Still Here” ha cambiado la percepción pública, y sorprendió a muchos con su interpretación profunda y contenida, en la que mantiene su dolor, angustia y desesperación a flor de piel. El éxito de la película —y su victoria en los Globos de Oro— también hizo que se disparara la audiencia de sus comedias anteriores en la plataforma de streaming de TV Globo, según la cadena. Y las escenas de Torres en esos programas se han reutilizado para innumerables memes virales previos a los Oscar.
¿Dulce justicia?
Para entender por qué las posibilidades de Torres de ganar el Oscar han encendido el entusiasmo en Brasil, primero hay que fijarse en su madre, Fernanda Montenegro, de 95 años, quien interpreta a una Eunice Paiva ya mayor en las escenas finales de la película. Montenegro es una leyenda de la actuación nacional —la Meryl Streep brasileña— quien fue nominada al Oscar a Mejor Actriz por “Estación Central”, en 1999. Sin embargo, el premio lo recibió Gwyneth Paltrow por “Shakespeare In Love” —y desde entonces muchos brasileños tienen la creencia de que a Montenegro se lo robaron.
“Como primogénita de la llamada a regañadientes ‘Gran dama del teatro brasileño’ —Fernanda Montenegro—, parecía que Fernanda Torres tenía pocas opciones profesionales. Sorprendentemente, forjó su propio camino”, dijo el periodista Pedro Bial, presentador de un prestigioso programa nocturno de TV Globo, quien estuvo casado con Torres en la década de 1980.
“‘I’m Still Here’ es su papel cinematográfico más significativo y sorprendió a algunos de sus fans, quienes estaban acostumbrados a su estilo cómico”, agregó Bial. “Los brasileños ahora esperan que el Oscar traiga una dulce justicia, 25 años después de la desgarradora derrota de su madre”.
El deseo de una nación de ser vista
Ningún brasileño ha ganado jamás el Oscar al Mejor Actor o Mejor Actriz. Hasta cierto punto, el reconocimiento internacional de Torres juega con el deseo de algunos brasileños de que su grandeza sea validada en el extranjero, según Lacombe, el escritor de cultura. Es un sentimiento que ha surgido de vez en cuando en el fútbol —con Pelé— o en las carreras de Fórmula Uno —con Ayrton Senna.
“Queremos mostrar que existimos, que merecemos respeto y que lo que creamos aquí es excepcional. Nuestra cultura no tiene paralelo”, dijo Lacombe.
Torres reconoció ese elemento de la psique brasileña en una entrevista de noviembre.
“Brasil tiene este ‘complejo mestizo’, esta falta de comunicación con el mundo, pero al mismo tiempo, el mundo le da lástima por no saber lo que sabemos nosotros”, declaró la actriz a UOL, un sitio web de noticias local. “Cuando alguien rompe esa barrera y lleva algo que es profundamente personal para nosotros al extranjero, hay esta sensación de ‘Miren lo que tenemos; miren cuán rica es nuestra cultura’”.
Clara Novais, una periodista de 33 años e influencer de las redes sociales, quien publica contenido sobre el Carnaval, ve en Torres a una “mujer moderna y atrevida”.
El domingo, Novais festejará en el tradicional Carnaval de Olinda, en el noreste de Brasil, con un disfraz inspirado en la estatuilla del Oscar para celebrar el logro de Torres.
“Ella prueba que es posible hacer cultura, entretenimiento, política e historia a la vez —y provocar risas mientras se informa—”, dijo Novais. “Creo que el Carnaval es todo eso, al igual que Fernanda”.
___
Maycron Abade y Thiago Mostazo contribuyeron a este despacho desde Sao Paulo, Diarlei Rodrigues desde Río de Janeiro, y Fernando Crispim desde Manaos, Brasil.