Los Demócratas en el extranjero llevan décadas organizados y ahora también se movilizan contra Trump
Este brazo del partido estadounidense está presente en más de 190 países, promueve y protege el voto a distancia desde que se instauró y también invita a sus miembros a actuar

El mismo día que Estados Unidos se llenaba de protestas masivas con el lema “Hand Off” (Manos fuera), contra la administración del presidente Donald Trump, a miles de kilómetros de distancia en un edificio acristalado, se reunieron decenas de personas, una pequeña parte de los más de 41.000 estadounidenses que viven en España.
El pasado 5 de abril, en ese edificio situado en Barcelona, se llevó a cabo la reunión anual de Democrats Abroad (Demócratas en el extranjero, DA, por sus siglas en inglés).
Es el brazo oficial del Partido Demócrata fuera de EE. UU., existe desde los 60 y está presente en más de 190 países en todo el mundo. Según describen en su sitio web, todos los miembros son voluntarios. Martha McDevitt-Pugh, su presidenta internacional, dice que DA se financia a través de donaciones.
La presidenta comenzó la reunión agradeciendo a los miembros de la sección española por todo su trabajo, ayudando a la gente a votar a distancia en las pasadas elecciones en EE. UU. y lamentó que no se hubiera obtenido el resultado deseado.
“Ahora mismo no hay nadie en el país, ni en el Partido Demócrata, que tenga la respuesta sobre cómo seguimos siendo una democracia”, dijo McDevitt-Pugh. El reto está en qué acciones tomamos y qué podemos hacer”.

La presidenta continuó detallando las prioridades de DA: mantener y proteger el derecho al voto, ganar elecciones —las múltiples que hay en EE. UU.— y continuar reforzando la organización.
“Es un momento crítico en el que cada persona puede marcar la diferencia]”, comentó McDevitt-Pugh. “En épocas como esta, una de las cosas más importantes que podemos hacer es construir comunidad”. En su página web anuncian con regularidad una serie de acciones para animar a sus miembros a movilizarse desde la distancia, dependiendo de las problemáticas que van surgiendo en cada Estado.
McDevitt-Pugh destacó también la importancia de luchar contra el desmantelamiento de la Seguridad Social, algo importante para esta organización, ya que muchos de los estadounidenses en el extranjero son jubilados.
Ese mismo día, DA también organizó protestas en decenas de ciudades en todo el mundo para unirse a las movilizaciones masivas en EE. UU.
En España esas protestas se celebraron el pasado 29 de marzo, organizadas por DA. Barcelona fue una de las cuatro ciudades que participó y la acción tuvo lugar en la plaza Sant Jaume, uno de los rincones más emblemáticos del centro histórico, donde está la sede del Ayuntamiento y del gobierno regional.
En el día de las protestas en Barcelona, había decenas de simpatizantes o afiliados al Partido Demócrata de los EE. UU. —algunos llevan décadas viviendo en España—, cargados con pancartas con lemas como “Deporta a Elon a Marte” o “Lucha contra los abusones, lucha contra el mal, lucha contra Trump”.
Entre los manifestantes estaba Doris Stanger —recién elegida presidenta de la delegación española de DA—, que hace 35 años se mudó desde California a los alrededores de Barcelona. Stanger explicó que el objetivo principal de DA es informar a los estadounidenses en el extranjero para que puedan votar. “En España somos muy activos”, comentaba. “Hacemos phone banking, que consiste en llamar a nuestros socios por todo el mundo, explicándoles y ayudándoles, diciéndoles que tienen que votar“.
Varias personas en la protesta lanzaban eslóganes en defensa de la educación o de los veteranos de guerra, y proclamas como “Demócratas en el extranjero, escuchen nuestro llamado, Trump traiciona, pero nos mantenemos firmes” y “A Musk no lo elegimos, los imbéciles fascistas deberían tener miedo”.
Franke LeBlanc, del estado de Oregon, era una de las decenas de personas entonando esos cánticos.: “Soy queer, tengo una X como definición de género en mi pasaporte”, dijo LeBlanc. Por suerte, nos fuimos de EE. UU. antes de la investidura de Trump, pero si me hubiera ido después, quizás no habría podido salir del país”.
LeBlanc se refería a una de las órdenes ejecutivas que aprobó el presidente Trump al ser investido. Establece que solo existen dos sexos, hombre y mujer, que estos “no se pueden cambiar”, y determina que se debe aplicar en todos los documentos oficiales.
“Hay mucha gente que amo, muchos amigos en casa, y estoy asustada por ellos”, lamentaba esta joven estadounidense.