Demócratas esperan que el ataque a ISIS muestre un Biden “de nuevo a cargo”
Algunos considerarán de mal gusto pensar en los números de las encuestas luego de que mujeres y niños fueron asesinados, pero esos cálculos ya se están haciendo, dice Andrew Buncombe
¿Sabe la abrumadora mayoría de los estadounidenses que el jefe de ISIS se llamaba Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi? Lo más seguro es que no.
¿Habría aprobado la mayoría la decisión de matarlo en un ataque llevado a cabo por las fuerzas especiales estadounidenses en el norte de Siria? Probablemente.
¿Los números de Joe Biden aumentarán en las encuestas después de haberlo hecho? Casi seguro. ¿Será ese golpe lo suficientemente grande o duradero para ayudar a los demócratas en las elecciones intermedias? Ah. Esa es la cuestión.
Algunas personas, sin duda con razón, considerarán de mal gusto hablar de números electorales cuando los cuerpos de más de una docena de personas muertas en la redada, entre ellos los de seis niños y cuatro mujeres, apenas fueron rescatados de los escombros del edificio de tres pisos en la localidad de Atmeh, cerca de la frontera con Turquía.
Biden afirmó que el ejército estadounidense había tomado todas las precauciones para evitar víctimas civiles. Pero todos los líderes estadounidenses, ya sean políticos o militares, hacen la misma afirmación después de estos eventos y, a menudo, más tarde nos enteramos de que el verdadero número de víctimas civiles es mucho mayor y que hubo poca consideración con los “daños colaterales”.
Lo que sí sabemos en este momento es que Qurayshi, quien asumió el liderazgo de ISIS el 31 de octubre de 2019, solo unos días después de que el líder Abu Bakr al-Baghdadi muriera luego de una redada ordenada por Donald Trump en la misma área, representa la última de una sucesión de operaciones estadounidenses que han tenido como objetivo al jefe de las organizaciones terroristas, o los llamados “estados rebeldes”.
“Gracias a la valentía de nuestras tropas, este horrible líder terrorista ya no existe”, declaró Biden el jueves por la mañana.
Afirmó que Qurayshi había sido responsable de una redada reciente en una prisión para tratar de liberar a los combatientes de ISIS, así como del genocidio contra el pueblo yazidí en Irak en 2014.
Afirmó que, como se dijo de manera similar sobre Baghdadi, el líder de ISIS prefirió detonar una bomba suicida que los mató a él y a varios miembros de su familia, en lugar de entregarse a las fuerzas estadounidenses.
“En un acto final de cobardía desesperada, optó por volar el tercer piso en lugar de enfrentarse a la justicia, llevándose consigo a varios miembros de su propia familia”.
Cuando George W. Bush anunció que Estados Unidos había capturado a Saddam Hussein en 2004, su índice de aprobación aumentó.
De manera similar, Bill Clinton disfrutó de un aumento en sus números después de ordenar ataques con misiles contra supuestos objetivos de Al-Qaeda en Sudán y Afganistán, uno de los cuales se dice que estuvo cerca de alcanzar a Osama Bin Laden.
Barack Obama tuvo un aumento de hasta nueve puntos luego de dar la orden para la redada de mayo de 2011 que finalmente mató al líder de Al-Qaeda en su complejo en Abbottabad, Pakistán.
Incluso Jimmy Carter tuvo un pequeño aumento en sus índices de aprobación luego de ordenar lo que se convirtió en una incursión fallida para rescatar a 52 rehenes estadounidenses en Irán en 1980, y la razón fue que al menos estaba tomando medidas.
Sin embargo, en cada uno de estos casos, al igual que con el crédito que los estadounidenses le dieron a Trump por la operación que resultó en la muerte de Baghdadi, tales aumentos rara vez son duraderos.
La Casa Blanca dijo que la vicepresidenta Kamala Harris y otros miembros de alto rango de su equipo de seguridad nacional habían monitoreado la redada a través de una transmisión en vivo en el salón de estrategia y rápidamente publicaron una fotografía de ellos ahí.
En torno a este tipo de fotografías ha surgido una determinada iconografía. La imagen difundida de la redada de Bin Laden mostraba a Obama vestido con un rompevientos y una playera tipo polo, ya que acababa de regresar a la Casa Blanca en la tarde del 1 de mayo de 2011, luego de jugar golf en la Base Conjunta Andrews.
Según los informes, lo había hecho para evitar cualquier pregunta sobre por qué había cambiado su típica rutina dominical.
La fotografía también mostraba a Biden, que se había opuesto a la redada y vestía camisa pero sin saco ni corbata, y a Hillary Clinton, con la mano sobre la boca, lo cual más tarde diría que fue para ocultar un grito ahogado.
“El día que estaba en el salón de estrategia monitoreando la redada que llevó a Osama bin Laden ante la justicia, él estaba conduciendo The Celebrity Apprentice”, diría Clinton durante su debate final con Trump durante la campaña presidencial de 2016.
En cambio, la imagen difundida por la Casa Blanca en 2019 cuando Trump era presidente lo mostró vestido con un traje formal, mirando directamente a la cámara. Él también había regresado recientemente del campo de golf, pero deseaba enviar un mensaje con su elección de ropa.
El vicepresidente Mike Pence vestía de manera similar, al igual que el secretario de Defensa Mark Esper y Robert O'Brien, el asesor de seguridad nacional. El general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, vestía uniforme militar.
En la fotografía más reciente, Biden ha optado por un punto intermedio: lleva corbata, pero no saco, además de un cubrebocas. Harris y los demás visten de manera similar con ropa formal y con cubrebocas.
Los índices de aprobación de Biden comenzaron a caer en picada en agosto pasado, ya que el surgimiento de la variante Delta significó que el esperado final de la pandemia no llegó, y la caótica retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán se percibió ampliamente como una debacle. Los críticos y partidarios del presidente, tanto en EE.UU. como en el ámbito internacional, afirmaron que eso sugirió ser una cosa más que el presidente no pudo controlar.
De acuerdo con el recuento realizado por el sitio web FiveThirtyEight, el índice de aprobación actual de Biden se encuentra a tan solo 41 puntos, con una desaprobación de 52. Las elecciones intermedias están a menos de 10 meses de distancia, y los demócratas están desesperados por generar noticias positivas para salir y hacer campaña con ellas cuando hablen con los votantes.
En la última fotografía, se puede ver a Biden mirando atentamente la transmisión de la acción que tiene lugar a miles de kilómetros de distancia.
Y cuando habló al pueblo estadounidense, lo hizo con palabras cuidadosamente escogidas.
Él dijo: “Esta operación es un testimonio del alcance y la capacidad de Estados Unidos para eliminar las amenazas terroristas sin importar dónde intenten esconderse en cualquier parte del mundo”.