Policía arresta a numerosos manifestantes en la Torre Trump que exigían la liberación de un estudiante detenido
El estudiante de posgrado y activista propalestino Mahmoud Khalid se encuentra en un centro de retención de inmigrantes en el estado de Louisiana
El Departamento de Policía de Nueva York, EE. UU., efectuó múltiples arrestos después de que decenas de activistas invadieran la Torre Trump para protestar por la detención por motivos de inmigración de un activista de la Universidad de Columbia.
En imágenes tomadas el jueves, se ven escenas caóticas en las que agentes de la policía de Nueva York sacan a rastras a miembros del grupo Jewish Voice for Peace (Voz Judía por la Paz).
Mahmoud Khalil, quien es residente permanente en EE. UU., está casado con una ciudadana estadounidense, y no ha sido acusado de infringir ninguna ley, fue detenido en la entrada de su apartamento en Nueva York el sábado y se enfrenta a una posible deportación.
El presidente Donald Trump ha dicho que el arresto de Khalil fue el primero “de muchos por venir” y prometió en las redes sociales deportar a los estudiantes que, según él, participaran en “actividades proterroristas, antisemitas y antiestadounidenses”.
Sin embargo, los partidarios de Khalil afirman que su detención es un ataque a la libertad de expresión, y se han organizado protestas en otros lugares de Nueva York y de todo el país. Asimismo, cientos de personas se manifestaron el miércoles ante un tribunal de Manhattan durante una breve audiencia sobre su caso.
En la protesta del jueves en la Torre Trump, la policía, que estaba apostada dentro y fuera del edificio (ubicado justo al lado de Central Park), antes de la manifestación, empezó a detener a los manifestantes tras advertirles de que se marcharan.
Los manifestantes —quienes llevaban camisetas rojas en las que se leía “Como judíos, pedimos que se deje de armar a Israel” y portaban pancartas en las que se leía “Oponerse al fascismo es una tradición judía” y “Lucha contra los nazis, no contra los estudiantes”— coreaban “¡Traigan a Mahmoud a casa ya!”.
The Independent se puso en contacto con la Casa Blanca para pedir comentarios sobre las protestas en la Torre Trump.
Khalil (30) está detenido en un centro de retención de inmigrantes a más de 2.000 km de distancia, en el estado de Luisiana; allí, sin embargo, un juez de distrito detuvo temporalmente su expulsión de EE. UU. el lunes.
La Universidad de Columbia fue uno de los focos del movimiento de protesta propalestino que se esparció por los campus universitarios de EE. UU. el año pasado y que llevó a más de 2.000 arrestos. Khalil, cuya esposa está embarazada de su primer hijo, terminó en diciembre sus requisitos para obtener un máster en Columbia.
Nacido en Siria, es nieto de palestinos que se vieron obligados a abandonar su país, según declararon sus abogados en un documento judicial.
Khalil había sido “identificado, perseguido, detenido y está siendo procesado para su expulsión por defender los derechos de los palestinos”, según declaró en la audiencia del miércoles Ramzi Kassem, abogado del proyecto Creating Law Enforcement Accountability & Responsibility (CLEAR) de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia.
Su detención en Luisiana ha “limitado gravemente” el acceso de sus abogados a él, dijo Kassem al juez.
Además de las protestas generalizadas de los grupos de defensa de los derechos civiles, la detención de Khalil ha sido ampliamente condenada por funcionarios demócratas, que han cuestionado cómo un residente legal permanente puede ser deportado, sin enfrentarse a ningún cargo penal y sin que el gobierno haya presentado ninguna prueba de las acusaciones contra él o cualquier otro manifestante.
Funcionarios del Gobierno han argumentado que Khalil no necesita ser acusado, y mucho menos condenado por un delito, para ser expulsado del país. Asimismo, han alegado, sin pruebas, que el hombre estaba “trabajando con Hamás”, lo que implicaría una acusación de proporcionar apoyo material a una organización terrorista.
Información adicional de Alex Woodward y Richard Hall.
Traducción de Sara Pignatiello