¿Quién es Javier Milei, el nuevo presidente electo de Argentina?
El populista de derecha planea cambios descomunales en el sistema político de Argentina
Javier Milei, el nuevo presidente de Argentina, quiere “Hacer a Argentina grande otra vez”.
La apropiación del eslogan de Donald Trump por parte de quienes simpatizan con el agitador de derecha de 53 años está lejos de ser la única similitud entre ambos políticos. Milei, una antigua celebridad televisiva, dirigirá el Poder Ejecutivo de su país con la falta de familiaridad propia de Trump y de quienes recién llegan a la política. Al mismo tiempo, llevará adelante una agenda conservadora que bien podría haber sido diseñada por el mismísimo Vivek Ramaswamy, más que por el 45.o presidente de los EE. UU.
Intentará implementar recortes masivos en el gobierno federal, incluyendo la eliminación total de algunas instituciones como el Banco Central, y librará la guerra cultural global desde la presidencia. Incluso podría intentar dar marcha atrás con la nueva ley nacional que legaliza el aborto.
Sin embargo, la mayor similitud con Trump es su enojo con la “casta política” de su país.
Mientras que otros políticos en los EE. UU. juegan a provocar la misma ira en sus bases, Donald Trump sigue siendo el defensor y abanderado de los estadounidenses que, por sobre todas las cosas, sienten un odio furibundo contra los líderes individuales y las familias de élite que han ocupado posiciones de poder en Washington durante décadas. Esa ira fue lo que atrajo a su lado a aliados como Roger Stone y Steve Bannon, y es la misma ira de la que depende Milei.
Esto también resulta evidente cuando denuncia que su país natal se está convirtiendo en una “villa miseria”.
“A muchas personas no les gustan mis modos, pero estas elecciones no se tratan de mí. Se tratan de ustedes y del país que queremos”, les dijo a sus seguidores en un acto de campaña en agosto. “Si no cambiamos hoy, el único destino posible es que nos convirtamos en la mayor villa miseria del mundo”.
En otro acto el mismo mes, agregó: “Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre, con la misma gente que lleva más de cien años fracasando”.
El telón de fondo es diferente, pero el mensaje es el mismo: la clase política dirigente, según Trump y Milei, se contenta con enriquecerse mientras sus respectivas naciones se hunden.
Otro aspecto que quizás comparten ambos políticos de derecha es el ascenso al poder en épocas de crisis económica.
La victoria de Milei el domingo tuvo lugar mientras Argentina experimenta uno de los niveles más altos de inflación en años. La pobreza alcanzó su máximo en todo el país y los salarios se ven superados por el incremento de los precios de consumo. A principios de este año, miembros del Gobierno intervinieron para devaluar la moneda nacional, y es posible que se produzca una segunda devaluación a finales de año.
Aunque todavía falta un año para las elecciones estadounidenses, estas son duras advertencias para el presidente Joe Biden, quien probablemente se enfrente una vez más a Trump en 2024. A pesar de la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación, los niveles de precios en los EE. UU. se han mantenido desalentadoramente altos en muchas áreas, un factor que ha perjudicado los números de Biden en las encuestas durante meses.
Si Trump llega a la presidencia el año que viene, podría ser el resultado de que el electorado esté buscando un salvavidas económico.
Por último, está la cuestión de la victoria; o más bien, la sensación de que la realidad se impone después de que una campaña presidencial prolongada llega a buen puerto.
Así como lo hizo Donald Trump a lo largo de 2016 y 2017, Milei está dando marcha atrás con ciertas propuestas que sencillamente no son viables. Según informa Associated Press, mientras anunciaba su victoria el domingo, el controvertido candidato desistió respecto a sus planes de privatizar el sistema educativo argentino y de flexibilizar las leyes sobre la portación de armas.
Su victoria electoral fue, en muchos sentidos, arrancada directamente del libro de jugadas de Trump. Lo que queda por ver ahora es si el intrépido y joven líder argentino trazará su propio rumbo, ya sea sacar a su país del declive económico y la inestabilidad; o bien llevarlo por un camino plagado de enemistades políticas, conspiraciones, venganza y luchas internas.
Traducción de Noelia Hubert