Arqueólogos explican el secreto detrás de la domesticación de los gatos
Según un nuevo estudio, los gatos salvajes eran clave para la protección de los cultivos en el antiguo Egitpo
Los gatos se convirtieron en compañeros de los humanos por primera vez, probablemente a raíz de los sacrificios rituales masivos de estos felinos en el antiguo Egipto, según sugieren un par de nuevos estudios.
En el antiguo Egipto, conocido por haber sido la cuna de la civilización humana, predominaban la domesticación y el culto a los felinos. Varios restos de gatos momificados y deidades como la diosa egipcia Bastet sugieren que estos animales y los humanos convivieron en la región.
Sin embargo, se desconocían las circunstancias exactas en las que los gatos se convirtieron en compañeros de los humanos.
En 2001, un grupo de científicos descubrió en Chipre una tumba de 9.500 años de antigüedad que contenía los restos de un humano y un felino, lo que indicaba que la domesticación de los gatos había comenzado en la isla mediterránea.
Según la teoría desarrollada entonces, los gatos de Chipre y sus alrededores podrían haber seguido a los primeros agricultores y haberse acostumbrado gradualmente a convivir con los humanos a lo largo de miles de años.
No obstante, ahora, dos estudios de ADN que aún no han sido revisados por expertos desmienten esta teoría y concluyen que el animal de Chipre es en realidad un gato montés europeo, y no un gato domesticado.

Según los investigadores, esto vuelve a situar a Egipto como el lugar de origen de la domesticación de los gatos, posiblemente hace tan solo 3.000 años.
“Demostramos que los gatos domésticos no se extendieron por Europa con los agricultores neolíticos, como se pensaba”, escriben.
En cambio, los científicos sospechan que las formas domesticadas de gatos salvajes o monteses fueron sacrificadas primero en rituales masivos del culto a Bastet antes de ser domesticados como mascotas.
Según los arqueólogos, la diosa egipcia de la protección, el placer y la buena salud se representó primero con cabeza de león, pero hacia el primer milenio a. C. pasó a representarse con cabeza de gato.
“Esta transformación coincidió con el auge de los sacrificios de gatos, en los que millones de felinos en libertad y criados específicamente fueron momificados como ofrendas a la diosa”, escriben los investigadores en el nuevo estudio.
Las excavaciones también han revelado que los templos y santuarios dedicados a Bastet están situados alrededor de vastos paisajes agrícolas antiguos.
En estas tierras de cultivo abundaban los roedores y sus depredadores naturales, los gatos monteses.
“Esto habría proporcionado el contexto para la relación más estrecha entre personas y gatos que condujo a la domesticación del gato salvaje, motivada por su recién adquirido estatus divino”, escriben los científicos.
Con el tiempo, algunos antiguos egipcios acogieron a los gatos en sus casas como adorables mascotas, explican.
La domesticación y propagación de animales impulsada por cultos no es infrecuente. Por ejemplo, investigaciones anteriores han demostrado que la propagación del gamo está vinculada a la diosa griega Artemisa, y la de las gallinas al culto del dios romano Mitra.
Del mismo modo, el culto a Bastet podría haber facilitado la dispersión de los felinos, afirman los investigadores.
“Nuestros resultados ofrecen un nuevo marco interpretativo del origen geográfico de los gatos domésticos, el cual sugiere un proceso de domesticación más amplio y complejo que puede haber implicado a múltiples regiones y culturas del norte de África”, escriben los científicos.
Piden que se siga investigando para determinar con precisión las poblaciones de origen de los gatos domésticos actuales.
Traducción de Sara Pignatiello