La Casa Blanca mantiene al mundo en suspenso mientras se acerca el plazo para nuevos aranceles

Chris Megerian,Josh Boak,Stephen Groves
Martes, 08 de abril de 2025 13:44 EDT
TRUMP-ARANCELES-INCERTIDUMBRE
TRUMP-ARANCELES-INCERTIDUMBRE (AP)

El lunes, menos de una hora antes de que cerrara el mercado de valores, los periodistas se congregaron en la Oficina Oval en su única oportunidad del día para preguntar al presidente Donald Trump sobre la agitación causada por sus planes arancelarios.

¿Los nuevos aranceles, programados para entrar en vigor el miércoles, son un elemento de negociación para lograr mejores acuerdos comerciales? ¿O están grabados en piedra en una misión para renovar la economía global?

Los inversores de todo el mundo estaban pendientes de cada palabra de Trump, pero él hizo poco para aclarar la situación.

“Ambas cosas pueden ser ciertas”, dijo. “Puede haber aranceles permanentes, y también puede haber negociaciones”.

Los mercados iban en picada antes del cierre. En un momento en que los líderes extranjeros y los ejecutivos empresariales están desesperados por obtener claridad, la Casa Blanca envía mensajes contradictorios mientras persigue objetivos en conflicto.

Los asesores han intentado, con cierto éxito, calmar una venta masiva de acciones que ha durado varios días, diciendo que los aranceles son un punto de partida para las negociaciones, lo que podría apaciguar a Wall Street y a los republicanos nerviosos del Congreso. El índice de acciones S&P 500 subió un 1,5% en las operaciones del martes por la tarde, con una reducción en las ganancias de principios del día. Pero el presidente sigue insistiendo en que puede recaudar cientos de miles de millones de dólares en ingresos con sus nuevos impuestos a las importaciones extranjeras, y no ha mostrado disposición a retroceder en una agenda que ha defendido durante décadas, incluso antes de entrar en política.

La paradoja en curso podría erosionar la confianza en el liderazgo de Trump en el país y en el extranjero después de que prometiera un auge económico y recortes de impuestos, no cuentas de jubilación agotadas y temores de una recesión. Por ahora, con la inminente entrada en vigor de los aranceles, no hay una resolución clara para lo que podría ser la reforma más significativa del comercio internacional en toda una generación.

El senador republicano de Carolina del Norte, Thom Tillis, instó a la Casa Blanca a “resolver la situación”.

Dijo que la “percepción de si hay o no un objetivo final es muy importante”. Tillis dijo que está “dando al gobierno el beneficio de la duda” por ahora. Pero agregó que “tienen que hacerlo tan rápido como puedan”.

La senadora demócrata de Massachusetts, Elizabeth Warren, dijo que Trump provocaban un caos económico con el ir y venir sobre los aranceles.

”¿Quién hace inversiones a largo plazo basándose en eso?” dijo. ”¿Quién contrata personas y capacita a trabajadores basándose en la esperanza de que Donald Trump no cambie de opinión una y otra vez?”

EL gobierno aún no articula sus objetivos para ninguna conversación con socios comerciales, aparte de sugerir que las negociaciones podrían llevar varios meses y que las naciones también podrían tener que revisar drásticamente sus sistemas fiscales y sus regulaciones para satisfacer las exigencias de Trump. Las autoridades canadienses y europeas no están seguras de cómo proceder, aun cuando los funcionarios del gobierno de Trump insisten en que hasta 70 naciones buscan iniciar negociaciones.

Trump insiste en que quiere eliminar los déficits comerciales que se han desarrollado a medida que Estados Unidos compra más productos de otros países de los que vende. La mañana del martes, Trump publicó en Truth Social que habló con el presidente interino de Corea del Sur, Han Duck-soo, sobre su “enorme e insostenible” superávit.

“Tenemos las condiciones y la probabilidad de un gran ACUERDO para ambos países”, escribió. “Su equipo principal está en un avión rumbo a Estados Unidos, y las cosas se ven bien”.

Pero el lunes, cuando el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo que “eliminaría el déficit comercial con Estados Unidos”, Trump se mostró indiferente.

Cuando se le preguntó si pospondría los nuevos aranceles a Israel, el presidente dijo “tal vez no”.

“No olviden que ayudamos mucho a Israel”, señaló, y mencionó los miles de millones de dólares en asistencia militar a los israelíes.

Trump ha defendido durante mucho tiempo los aranceles como la solución a los desafíos económicos, y su insistencia en que otros países están estafando a Estados Unidos es una de sus creencias expresadas más sistemáticamente a lo largo de los años.

El jueves pasado, mientras volaba a Florida a bordo del Air Force One, Trump dijo a los periodistas que “los aranceles nos dan un gran poder para negociar”.

El domingo, en el vuelo de regreso a Washington, Trump describió los aranceles como una necesidad y dijo que no se dejaba disuadir por el desplome del mercado de valores, agregando que “a veces tienes que tomar medicina para arreglar algo”.

Peter Navarro, un destacado asesor comercial, también ha adoptado una postura firme.

“Esto no es una negociación”, escribió Navarro en el Financial Times. “Para Estados Unidos, es una emergencia nacional provocada por déficits comerciales causados por un sistema amañado”.

Pero otros funcionarios, como Kevin Hassett, el principal asesor económico de la Casa Blanca, y Scott Bessent, el secretario del Tesoro, dijeron que decenas de países hacen fila para negociar con Trump sobre los aranceles.

“Habrá mucho trabajo en abril, mayo, tal vez hasta junio”, dijo Bessent a Fox News. Afirmó que Trump “se dio a sí mismo la máxima ventaja de negociación, y justo cuando logró la máxima ventaja, está dispuesto a comenzar a hablar”.

En declaraciones hechas el lunes en el Instituto Hudson, un grupo de expertos conservador, Stephen Miran, presidente del Consejo de Asesores Económicos de Trump, dijo que los mensajes contradictorios sobre el propósito de los aranceles reflejaban un debate interno “saludable”.

“Hay narrativas en conflicto porque todos tienen una opinión”, dijo. “Y eso está bien. El desacuerdo consiste en cómo puedes mejorar tus argumentos y evitar el pensamiento grupal, y creo que eso es muy saludable”.

En cuanto a si se podrían alcanzar acuerdos antes de que los aranceles entren en vigor, Miran dijo que “esa decisión finalmente quedará en manos del presidente”.

Michael Strain, economista del Instituto Americano de Empresa, de tendencia derechista, dijo que Trump persigue objetivos incompatibles.

“Estos aranceles no pueden ser un instrumento para remodelar el orden comercial global, para hacer que la economía de Estados Unidos pase de los servicios a la fabricación... y, al mismo tiempo, ser una herramienta para negociar barreras comerciales más bajas”, dijo en una mesa de discusión en el Instituto de Política Bipartidista.

El senador republicano de Luisiana, John Kennedy, culpó a los asesores de Trump por la ambigüedad y dijo que a algunos de ellos “simplemente les gusta hablar”.

“Hay cierta incertidumbre sobre cuál es el objetivo del presidente, y creo que eso es producto de algunos de sus asesores, que dieron informes contradictorios en la televisión este fin de semana”, afirmó.

Kennedy dijo que apoya los objetivos comerciales de Trump. Pero también recibe llamadas de empresas de su estado, y no ha podido darles respuestas sobre qué esperar.

Bessent visitó el viernes a legisladores republicanos y les dijo que los aranceles eran una “marca elevada cuyo objetivo final es reducirlos” a menos que otros países tomen represalias, según el senador John Barrasso de Wyoming.

“En todo caso, el presidente es un negociador, y va a seguir negociando país por país con cada uno de ellos”, dijo Barrasso.

Pero China ya tomó represalias con planes para imponer sus propios aranceles del 34%, lo que llevó a Trump el lunes a amenazar con aranceles adicionales del 50% contra el país, para un total del 104%.

El presidente estadounidense tuvo una conversación lo suficientemente positiva con el primer ministro japonés Shigeru Ishiba como para que el índice de acciones Nikkei subiera un 6% el martes, aunque aún no se sabía cómo funcionaría un acuerdo.

Trump impuso un arancel del 24% a Japón y un arancel separado del 25% a las importaciones de automóviles, mucho más alto que la tasa arancelaria promedio del 1,9% que cobra Japón, según datos de la Organización Mundial del Comercio. Trump ha dicho que los aranceles de automóviles son “permanentes” y también ha instaurado un arancel base permanente del 10% a la mayoría de los países, sugiriendo un límite respecto a cuánto podrían reducirse las tasas mediante negociaciones.

El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, dijo que los estadounidenses entienden que Trump trata de abordar los desequilibrios comerciales, y enfatizó su confianza en el presidente.

“Vamos a darle el espacio necesario para hacerlo”, dijo el lunes.

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El periodista de The Associated Press Christopher Rugaber contribuyó a este despacho.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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