La creciente demanda de aceite de pachulí impulsa a la industria en Indonesia, pero ¿a qué costo?

Edna Tarigan,Dita Alangkara,Fadlan Syam
Jueves, 10 de abril de 2025 23:36 EDT

Ubicados entre el pueblo y el bosque, Haruna y su suegro trabajaron diligentemente durante la noche destilando plantas secas de pachulí, alimentando la caldera con leña, mientras gotas de aceite fragante de pachulí caían en botellas de plástico.

Una sensación de satisfacción los invadió al ver el contenedor llenarse con un aceite espeso y rico de color marrón, un indicio de pachulí de alta calidad, resultado de su arduo trabajo y precisión.

Haruna, de 42 años, quien al igual que muchos indonesios sólo usa un nombre, es un agricultor de pachulí en Simboro, un subdistrito de Célebes Occidental. Él y su suegro han estado haciendo fila durante varias semanas para finalmente poder procesar su cosecha en una modesta instalación de destilación a vapor a una hora en coche de su granja. La demanda por los aceites de la planta se ha disparado en los últimos años, y también ha aumentado el número de agricultores en la región que la cultivan y procesan. Pero la tendencia tiene un lado desagradable, ya que la vasta selva tropical de Indonesia está siendo derribada para dar paso al cultivo de pachulí. Esa pérdida de un ecosistema vital también incrementa la amenaza de que haya deslizamientos de tierra.

Con un aroma profundo, terroso y almizclado, el aceite de pachulí se extrae de las hojas de la planta pogostemon cablin, un miembro de la familia de la menta. Es nativa del sudeste asiático, principalmente en Indonesia. El aceite aromático se comercializa por sus efectos calmantes, ya que ayuda a aliviar el estrés y la ansiedad. Se encuentra en fragancias de lujo, cosméticos y otros productos para el bienestar. Las tendencias en las redes sociales han impulsado el reciente incremento del interés en el aceite de pachulí.

El pachulí prospera en el clima tropical de Indonesia, que suministra más del 80% del que se consume a nivel global. Para los agricultores, un kilogramo de aceite de pachulí puede alcanzar precios de hasta 2,4 millones de rupias (147 dólares).

Una tendencia que impulsa la deforestación y los deslizamientos de tierra

Un vasto archipiélago tropical que se extiende a lo largo del ecuador, Indonesia alberga la tercera selva tropical más grande del mundo, con una variedad de fauna y plantas en peligro de extinción, incluidos orangutanes, elefantes, el ave endémica maleo y flores gigantes del bosque.

El pachulí ha sido un producto clave en la isla tropical de Célebes en Indonesia desde la década de 2000, pero en menos de dos años se ha convertido en parte de la vida diaria en la ciudad de Mamuju. Las plantas secas cuelgan de las terrazas de las casas, mientras que las hierbas perennes y frondosas con sus hojas ovaladas —a menudo velludas— se pueden encontrar fácilmente a orilla de las carreteras.

Más adentro del bosque y más allá de los pueblos, se están talando nuevos terrenos. Miles de vasos de plástico protegen las plántulas jóvenes de pachulí, lo que indica que, en unos meses, más campos estarán cubiertos con el fragante cultivo.

Las autoridades locales están alentando a la comunidad a involucrarse en el negocio del pachulí para mejorar sus ingresos. Pero la Agencia Ambiental y de Silvicultura de Célebes Occidental ha advertido que la tendencia amenaza la tierra y a las personas que la rodean. A medida que la selva tropical es talada, las pendientes se vuelven menos estables, haciéndolas más propensas a los deslizamientos de tierra.

Zulkifli Manggazali, jefe de la agencia ambiental, indicó que el pachulí no puede plantarse en pendientes con un ángulo de 45 grados o más. "Porque cuando se planta pachulí allí, habrá erosión, inundaciones y aludes", explicó.

No se sabe exactamente cuánta tierra ha sido deforestada para plantar pachulí, pero a medida que la tendencia crece, se adentra cada vez más en el bosque. La destilación de pachulí también tiene el potencial de incrementar la deforestación, ya que se utiliza leña de los bosques circundantes para calentar el agua usada en el proceso de destilación a vapor.

En varias áreas donde los bosques han sido despejados para dar paso a plantaciones de pachulí en la isla, los deslizamientos de tierra han comenzado a pasar factura. En enero, una familia murió debido a un alud en Mamuju. Su casa estaba en una zona montañosa y vulnerable.

En ese momento las autoridades locales dijeron que la plantación de pachulí no fue un factor principal en el desastre, pero sí desempeñó un papel porque se había plantado pachulí cerca de allí.

Encontrar alternativas económicas más sostenibles

Hardi, quien también usa un solo nombre, es un agricultor de pachulí de 36 años. Ya ha cosechado pachulí dos veces y pasa la mayor parte de sus días junto a su madre de 60 años y su hermano en su plantación de una hectárea. Su tierra se ha convertido en un bullicioso centro donde secan y cortan el pachulí antes de enviarlo para su destilación.

Antes del pachulí, Hardi cultivaba clavo, pero el largo período de cosecha y los precios en declive en el mercado lo llevaron a hacer un cambio. Se inclinó por el pachulí, plantas que son más pequeñas y más parecidas a arbustos, y eligió plantarlo en la ladera empinada, una ubicación ardua que exige una caminata cuesta arriba de más de 30 minutos.

El pachulí le proporciona dinero suficiente para él y las necesidades de su familia. Pero no es sostenible: sólo puede crecer dos veces en la misma tierra antes de que los agricultores necesiten talar un nuevo terreno para cultivar. Es otro factor que conduce a la deforestación.

A igual que muchos agricultores, Hardi no tiene idea de a dónde va a parar el aceite exactamente después de que sale de sus manos. El propietario de la destilería, que le compra el aceite por aproximadamente 1.400.000 rupias (86 dólares) por kilogramo (dos libras), sigue siendo el único vínculo entre su trabajo y los exportadores, la mayoría de los cuales están en la isla indonesia de Java, antes de que finalmente llegue al mercado global.

Para Manggazali, de la agencia ambiental, el precio no vale los costos que los agricultores y las comunidades circundantes pagarían si su cultivo de pachulí deriva en un deslizamiento de tierra. “Si llega una inundación, todos los que están allí se verán afectados”, advierte.

Para evitar una tendencia creciente en la deforestación por el pachulí, Manggazali plantea que la isla se beneficiaría si la industria se torna más sostenible.

"Si se ha plantado pachulí, debería reemplazarse con árboles productivos, tales como los árboles de durián", indicó. "También tiene valor económico, pero a largo plazo".

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La cobertura climática y ambiental de The Associated Press recibe apoyo financiero de múltiples fundaciones privadas. La AP es la única responsable de todo el contenido. Encuentre los estándares de la AP para trabajar con organizaciones filantrópicas, una lista de las fundaciones y las áreas de cobertura que financian en AP.org.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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