¿Por qué los republicanos quieren poner en marcha una investigación de juicio político contra Joe Biden?
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, insiste en que la investigación del Congreso es necesaria para examinar las acusaciones contra el presidente y su hijo, y sostiene que la misma no constituye un acto de venganza política
Los republicanos de la Cámara de Representantes han votado a favor de poner en marcha su investigación sobre el presidente Joe Biden, al que acusan de lucrarse de los negocios de su hijo, Hunter Biden, en el extranjero.
El miércoles 13 de diciembre, se aprobó por 221 votos a favor y 212 en contra una resolución de apoyo a la investigación, en la que republicanos y demócratas votaron de acuerdo con las divisiones políticas y nadie rompió filas.
Hasta ahora, no se ha presentado ninguna prueba que demuestre que los Biden hayan cometido un delito. Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha insistido en que la investigación es necesaria. Rechaza las acusaciones de los demócratas de que se trata de un acto de venganza política contra el presidente.
En una rueda de prensa el martes antes de la votación, reiteró: “Tenemos que dar el siguiente paso”.
Johnson prosiguió: “No es una decisión política. No lo es. Es una decisión jurídica. La gente tiene opiniones encontradas al respecto. No podemos predecir el resultado; la Constitución no nos lo permite. Tenemos que indagar la verdad. Y eso es exactamente lo que vamos a hacer”.
El congresista californiano Pete Aguilar, presidente del Caucus Demócrata de la Cámara de Representantes, respondió de forma contundente: “Es muy evidente que están tratando de perjudicar al presidente Biden por motivos políticos, con el fin de ayudar la campaña presidencial de Donald Trump”.
El propio Hunter Biden se hizo eco de esa perspectiva antes de la votación del miércoles, tras negarse a comparecer ante una audiencia privada. Declaró a los periodistas en el Capitolio que hace seis años que los “republicanos MAGA” se empeñan en invadir su vida personal y desacreditar a su padre en pro de sus propios intereses políticos.
Acusó a sus enemigos de “distorsionar los hechos, seleccionar datos sin contexto de un extracto bancario, manipular textos que envié, editar el testimonio de mis amigos y antiguos socios y tergiversar información personal que me fue robada”.
Continuó: “Lo que están haciendo estos republicanos no es justo ni decente. Han inventado un sinfín de mentiras sobre todos los aspectos de mi vida personal y profesional, hasta el punto de que sus propias vidas se han convertido en representaciones falsas que lamentablemente, demasiada gente cree”.
¿Por qué se está llevando a cabo la investigación del 'impeachment'?
El predecesor de Johnson, Kevin McCarthy, anunció la investigación de los republicanos de la Cámara por primera vez el martes 12 de septiembre.
McCarthy optó por no celebrar una votación en el pleno en ese momento, a pesar de haber protestado contra la decisión de los demócratas de investigar a Trump por primera vez con miras a un juicio político en otoño de 2018.
“Estas acusaciones de abuso de poder, obstrucción y corrupción justifican una investigación más extensa por parte de la Cámara de Representantes”, declaró McCarthy.
En referencia a la investigación preliminar de James Comer (miembro del Comité de Supervisión de la Cámara) sobre las acusaciones contra el 46º presidente de EEUU, el entonces presidente de la Cámara manifestó: “A raíz de nuestras investigaciones, hemos descubierto que el presidente Biden mintió al pueblo estadounidense con respecto a los negocios de su familia en el extranjero”.
Agregó: “Testigos presenciales han declarado que el presidente entabló múltiples conversaciones en persona y por teléfono, y organizó varias cenas que resultaron en que su hijo y los socios de negocios de su hijo ganasen millones de dólares”.
Afirmó que el conjunto de las acusaciones “indica que hubo corrupción” y prometió que la Cámara de Representantes examinaría “todas las pruebas”.
McCarthy, que fue destituido por su propio partido, anunció que Comer, Jim Jordan, presidente del Comité Judicial de la Cámara, y Jason Smith, presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes estarían al mando de la investigación.
Johnson argumentó posteriormente que su partido no tenía “más remedio” que cambiar de rumbo y celebrar una votación. Acusó a la Casa Blanca de obstruir el progreso de la investigación y exigió el pleno apoyo de la cámara baja para poder garantizar la citación para iniciar la investigación.
“Estamos en jaque mate. Resulta imposible averiguar los hechos porque la Casa Blanca busca impedir esa investigación a cada paso”, se quejó.
La Casa Blanca ha impugnado algunas de las solicitudes de la investigación, al argumentar: “La Constitución exige que el pleno de la Cámara autorice una investigación de imputación antes de que un comité pueda recurrir a un proceso político en virtud del poder de destitución”.
Sin embargo, afirma que también ha presentado a los republicanos de la Cámara 35.000 páginas de registros financieros privados y al menos 36 horas de testimonios.
Ian Sams, portavoz de Supervisión e Investigaciones de la Casa Blanca, ha tachado la investigación de la Cámara de “búsqueda inútil” y de “artimaña política sin fundamento” que desperdicia el dinero de los contribuyentes.
“El pueblo estadounidense atestigua una vez más un claro contraste de prioridades. Por un lado, el presidente Biden se centra en resolver los retos a los que se enfrentan EEUU y el mundo, y por otro, los republicanos extremistas de la Cámara de Representantes no hacen otra cosa que centrarse en artimañas políticas idiotas para llamar la atención”, declaró.
¿Cuál es el trasfondo del caso?
Anteriormente, la congresista Georgia Marjorie Taylor Greene lideró las acusaciones contra Biden. Greene ha fracasado en al menos seis ocasiones en sus intentos de destituirle al veterano demócrata desde que éste accedió al Despacho Oval en enero de 2021.
Greene ya había presentado resoluciones de la Cámara para iniciar juicios políticos contra el Biden sobre una teoría de conspiración republicana sin fundamento en relación con sus tratos en Ucrania como vicepresidente en 2016, su extensión de la moratoria federal de desalojo durante la pandemia de covid-19, su manejo de la seguridad fronteriza entre EEUU y México (dos veces), la retirada de personal militar estadounidense de Afganistán y las afirmaciones de que puso en peligro la seguridad energética estadounidense al vender petróleo a naciones extranjeras.
Randy Weber, Bob Gibbs, Lauren Boebert, Bill Posey, Louie Gohmert, Andy Ogles y Greg Steube también han presentado imputaciones contra el presidente ante el 117º y 118º Congreso, todas las cuales han sido remitidas al Comité Judicial de la Cámara de Representantes y nunca más se ha vuelto a saber de ellas.
Esta vez, el ala populista del Partido Republicano está decidida a acosar a Biden y a su problemático hijo sobre la cuestión de los intereses comerciales de este último y sobre si el Departamento de Justicia de la administración Biden ha intervenido a favor del hijo del presidente durante el proceso penal en curso contra él.
¿Están todos los republicanos de acuerdo?
No todos los republicanos de la Cámara de Representantes apoyan el proyecto.
Ken Buck, de Colorado, que forma parte del Freedom Caucus de la Cámara de Representantes junto a Greene, explicó a Jen Psaki en MSNBC el domingo 10 de septiembre que no veía motivos para iniciar un juicio político, dado que no han presentado ningún indicio que sugiriera que Biden hubiera cometido un delito grave o un delito menor.
“La investigación de juicio político puede ponerse en marcha en caso de que haya indicios que señalen que el presidente Biden haya cometido un delito grave o un delito menor. No es el caso aquí”, comentó.
Agregó: “Marjorie presentó una acusación contra el presidente Biden antes de que jurara su cargo hace más de dos años y medio. Así que la idea de que ella es ahora la experta en impugnaciones o que es alguien que debe establecer el calendario del juicio político es absurda”.
En declaraciones a la cadena ABC, Don Bacon, de Nebraska, señaló que no era en absoluto inevitable que se votara a favor de la destitución de Biden.
“Puede que yo sea un caso atípico en este asunto. Creo que es más importante tener esta información a mano para las elecciones y dejar que los votantes decidan. Y no sé si van a descubrir un delito grave o menor, pero creo que los votantes merecen saber en qué se metieron los Biden”, declaró Bacon.
¿Cuál ha sido la reacción los demócratas?
Antes de que McCarthy anunciara por primera vez la investigación, Jamie Raskin, el demócrata de más alto rango en el Comité de supervisión de la Cámara de Representantes, intentó desbaratar el proceso de destitución antes de que empezara. Publicó una carta en la que argumentaba que los esfuerzos iniciales de Comer por investigar al presidente solo habían servido para revelar que su caso estaba lleno de fallas.
En un extenso documento publicado el lunes 11 de septiembre, Raskin señalaba que los republicanos no habían conseguido el testimonio de ningún testigo que denunciara realmente la conducta indebida del presidente, incluido el supuesto testigo estrella del Partido Republicano, Devon Archer.
Antiguo amigo del más joven de los Biden, Archer declaró ante la comisión que Hunter Biden había tratado de sacar provecho de su apellido y de sus presuntas conexiones familiares. No obstante, declaró que no sabía si el padre de Hunter estaba implicado ni si tenía conocimiento de ese hecho.
La carta también se refería a la incapacidad de los republicanos para demostrar que el dinero relacionado con los negocios de Hunter Biden llegó a manos de su padre.
“En lugar de reconocer el hecho de que las pruebas de su investigación 'de máxima prioridad' no han demostrado que el presidente Biden cometiera un delito, el presidente Comer ha recurrido a tergiversar y distorsionar este enorme conjunto de pruebas para hacer afirmaciones infundadas y sensacionalistas”, escribió Raskin.
Agregó: “Comer ha acusado repetidamente (sin ofrecer pruebas) al presidente Biden de recibir dinero extranjero de forma indebida”.
Cuando finalmente se celebró la votación en el pleno de la Cámara el miércoles, Raskin se mantuvo firme al exponer el caso y declaró: “Es como una novela de Agatha Christie en la que el misterio es: ¿cuál es el crimen? Después de 11 meses, nadie puede decirnos cuál fue el crimen del presidente Biden, y mucho menos cuándo ocurrió, dónde ocurrió, cuál fue el motivo, ni quiénes fueron los implicados”.
El Congressional Integrity Project (Proyecto de integridad del Congreso de EEUU), un organismo de control izquierdista, emitió su propia evaluación del trabajo de Comer. Lo describió como “un proyecto de ocho meses que culminó en un fracaso rotundo”.
Traducción de Anna McDonnell